Taiwán ha sido excluido de la próxima cumbre climática de las Naciones Unidas que se llevará a cabo en Dubái. A pesar de este contratiempo, la nación insular está decidida a no quedarse al margen de las discusiones globales sobre el cambio climático. Para ello, ha decidido establecer una «sala de guerra» que le permitirá seguir de cerca las negociaciones y discutir los temas más relevantes del evento.
El desafío de la exclusión
La situación de Taiwán en la escena internacional es compleja debido a la presión diplomática de China, que insiste en que Taiwán es parte de su territorio y no un estado independiente. Como consecuencia, Taiwán no tiene representación en la ONU ni en muchas de sus agencias, incluyendo la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC), que organiza la cumbre anual conocida como COP (Conferencia de las Partes).
En este contexto, el gobierno taiwanés ha decidido tomar medidas proactivas para garantizar que sus expertos y autoridades estén informados sobre las discusiones y puedan participar en lo posible desde fuera. Al respecto, un