Las críticas hacia los grandes países productores de combustibles fósiles han ido en aumento debido a su participación en la exportación de emisiones de carbono al extranjero. Países como Rusia, Arabia Saudita y Australia son conocidos por sus vastas reservas de petróleo, gas y carbón, pero lo que es especialmente preocupante es cómo estos países exportan sus recursos naturales, transfiriendo su huella de carbono a otros países.
Exportación de emisiones de carbono
Según los expertos, al vender estos combustibles a nivel mundial, estos países no asumen la responsabilidad total por las emisiones generadas cuando el combustible se quema en el extranjero. Esto plantea un dilema significativo para las políticas climáticas, ya que las emisiones contribuyen al cambio climático global, independientemente de dónde se quemen los combustibles.
Un ejemplo claro de esta situación es el de Australia. Aunque Australia emite alrededor de un 1.3% del total mundial de emisiones de gases de efecto invernadero, las exportaciones de carbón y gas natural líquido (GNL) del país son responsables de una proporción significativamente mayor de las emisiones globales: