El Banco de Japón (BOJ) ha cosechado beneficios significativos de sus inversiones en fondos cotizados (ETFs), reportando ingresos por dividendos que ascienden a 8,3 mil millones de dólares. Este ingreso representa un crecimiento considerable en comparación con beneficios previos, lo que refleja la estrategia del BOJ para estimular la economía japonesa y estabilizar los mercados financieros.
Una apuesta estratégica
Desde el 2010, el BOJ ha estado comprando ETFs como parte de su política monetaria expansiva. Este enfoque busca incentivar el gasto y la inversión dentro del país al inyectar liquidez en el sistema financiero. La adquisición de ETFs no solo ha permitido una estabilización de los precios en el mercado de valores, sino que también generó ingresos significativos para el banco central.
Los resultados de esta política están empezando a ser visibles, con la ganancia derivada de los dividendos obtenidos de estas inversiones. El enfoque del BOJ ha sido considerado por algunos como un ejemplo de intervención directa en el mercado por parte de un banco central.
Los dividendos obtenidos han superado las expectativas iniciales, proporcionando