En un esfuerzo por satisfacer las crecientes demandas energéticas de las aplicaciones de inteligencia artificial (IA), las grandes empresas tecnológicas están volviendo su mirada hacia la energía nuclear. Este cambio se produce en un contexto donde la presión para encontrar fuentes de energía sostenibles y confiables está en aumento, especialmente dado el impacto ambiental negativo asociado con las fuentes de energía tradicionales como el carbón y el gas natural.
La apuesta por la energía nuclear
Empresas como Microsoft y Google han estado explorando activamente oportunidades para integrar energía nuclear en sus operaciones. Estos gigantes tecnológicos consideran que la energía nuclear es una opción viable debido a su capacidad para generar grandes cantidades de electricidad sin emisiones directas de carbono, lo que es crucial considerando el gran poder de cómputo que requieren las aplicaciones de IA y la necesidad de reducir las huellas de carbono corporativas.
Un portavoz de Microsoft mencionó la importancia de diversificar las fuentes de energía para sostener sus operaciones masivas de centros de datos. Además, Google ha firmado acuerdos con empresas energéticas para garantizar el suministro de energía nuclear para alimentar su infraestructura.
Considerando los avances tecnológicos actuales y los compromisos cada vez